Perspectivas de la globalización

 Economicista.

Para esta perspectiva, la preocupación dominante es la de mejorar la competitividad económica de los países de la región, sin cuestionar el escenario global, y promoviendo un enfoque de reforma educativa en línea con la “nueva ortodoxia” de políticas educativas (Ball, 1998) que hemos discutido en la sección anterior. A través de un tono altamente prescriptivo, se argumenta que las nueva condiciones económicas “exigen” la adopción de ciertas medidas educativas que posibiliten la plena inserción de los países latinoamericanos en el orden mundial.




Inserción imperativa

 


En esta visión, si bien el argumento económico mantiene un peso considerable, además se aduce que las políticas educativas en la región deben contribuir a la conformación y preservación de una identidad cultural específica y propia. A pesar de que se reconocen tensiones y aspectos negativos de la globalización, se sostiene que los países latinoamericanos deben insertarse en la economía global.


La educación, según esta perspectiva, juega un rol clave en la formación de los individuos como trabajadores y como ciudadanos que contribuyan al crecimiento económico y al fortalecimiento de las instituciones democráticas


Integracionista.

Esta perspectiva manifiesta una visión de la globalización cercana a la concepción transformacionalista y un tono menos aseverativo, en contraposición al optimismo prescriptivo de las perspectivas Economicista y de la Inserción Imperativa.

Se pone el acento en la conformación de un espacio regional guiado por un conjunto de ideas comunes que se traducen en similares medidas de reforma educativa en los distintos países. Sin embargo, sigue presente la idea de la adaptación de los sistemas educativos de la región a las tendencias globales, particularmente a través del uso de las nuevas tecnologías de la información y de innovaciones en la organización y gobierno de la educación.



Humanista

Aquí no se plantea una simple adaptación de la educación a las nuevas condiciones sociales y económicas, sino generar cambios que permitan potencializar las capacidades humanas en forma equitativa, denunciando aquellos aspectos de los procesos de globalización que atentan contra esta potenciación.





Crítica normativa

Considera a la globalización como la expresión de los intereses de los grupos dominantes tanto a nivel internacional como de cada país. Postula que, desde los años noventa (y aun antes), la reforma educativa en América Latina ha sido guiada por la ideología neoliberal, la cual es funcional a dichos intereses, y promovida por las organizaciones multilaterales. Se parte de una visión de conflicto entre distintos grupos sociales con diferentes intereses, tanto a nivel global como a nivel de sociedades nacionales, donde la “lucha” y la “resistencia” de los grupos subalternos – donde se ubica a los docentes y sus organizaciones sindicales – resultan fundamentales para la transformación social.


Crítica analítica

La globalización es abordada como un fenómeno que enmarca los cambios educativos de las últimas décadas. El énfasis, a diferencia de la Crítica Normativa, no está puesto en los juicios de valor sobre el proceso de globalización y sus consecuencias sino en la explicación de los mecanismos e implicancias de las reformas implementadas, usando un tono menos taxativo.


Mundialización imperativa


Comparte algunos de los argumentos sobre las tendencias de reforma educativa de las perspectivas críticas, pero sostiene que una globalización alternativa – opuesta a la dominante y basada en la justicia social, la democratización y el desarrollo de la educación como derecho social – ya está siendo promovida por organizaciones sociales en América Latina.



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